Noelia Ortega - Revista Mar
Noelia Ortega, directora del Centro Tecnológico Naval y del Mar (CTN)
La descarbonización y la digitalización transformarán al sector naval
28/10/2025
Más Mar
Opinión
Anabel Gutiérrez

Con más de 25 años dedicados a la innovación en el sector marítimo, Noelia Ortega, directora del Centro Tecnológico Naval y del Mar (CTN), ha convertido su trayectoria en un ejemplo de vocación y liderazgo. En esta entrevista, comparte los retos superados, los proyectos que han marcado su carrera y cómo ha logrado mantener intacto su entusiasmo por transformar el mar desde la ciencia y la tecnología.
¿Qué le llevó a involucrarse en el mundo de la innovación tecnológica dentro del sector marítimo?
Desde el principio tuve muy claro que el sector naval y marítimo se enfrentaba a retos enormes y que yo quería ser parte de la solución. Mi formación como ingeniera industrial y mi curiosidad por las tecnologías digitales me dieron las herramientas para aportar, pero lo que realmente me movió fue la convicción de que la innovación puede cambiar la manera en la que nos relacionamos con el mar. Siempre he visto la tecnología no como un fin en sí mismo, sino como un medio para hacerlo más sostenible y para que la vida de quienes trabajan en el sector sea más fácil y segura. Esa idea, que empezó como una intuición, se convirtió en una vocación que ha guiado toda mi trayectoria.
¿Cómo define la economía azul y qué oportunidades ofrece para España y Europa?
La economía azul es una gran palanca de crecimiento sostenible que combina tradición marítima, innovación tecnológica, empleo de calidad y respeto al medioambiente. La Comisión Europea la ha situado en el centro del Pacto Verde, impulsando una transición ecológica y digital que abre oportunidades en sectores como la pesca o el turismo costero. Es también una ocasión única para atraer talento joven y despertar nuevas vocaciones marítimas. Es la gran oportunidad para construir un futuro más competitivo y sostenible.
¿Cómo se impulsa la innovación desde dentro de una organización como el CTN?
La innovación se impulsa creando equipos diversos y, sobre todo, valorando la pluralidad de opiniones. Cada persona aporta una perspectiva única que suma y enriquece las soluciones. También es fundamental desterrar el miedo al fracaso: para mí, el fracaso no existe, lo que existe es un resultado distinto al esperado que nos abre nuevas posibilidades de aprendizaje. Me gusta resumirlo con esta idea: En el camino de la innovación, los tropiezos son parte del avance.
¿Hay algún proyecto que le haya marcado especialmente por su impacto o por los desafíos que implicó?
Dos, por motivos distintos. Primero, el proyecto DigiCirc, orientado a apoyar a emprendedores digitales en el ámbito de la economía azul. Me marcó porque me permitió conocer de cerca el esfuerzo, la creatividad y la perseverancia de quienes están empezando y luchan por llevar sus soluciones al mercado. Su energía y entusiasmo resultan contagiosos y me recordaron la importancia de acompañar y dar oportunidades al talento emergente, que es clave para el futuro del sector marítimo. Segundo, el proyecto Sica-Savefeed, nuestro sensor inteligente que detecta -en tiempo real- cuándo dejan de comer los peces en jaulas marinas y optimiza el suministro de pienso. Que CTN recibiese su primer Premio Nacional Jacumar, en 2022, por esa línea y ver la implicación de tantos profesionales del propio CTN y de las organizaciones colaboradoras para conseguir que el producto llegue al mercado es una de las satisfacciones profesionales que más valoro por su triple impacto: económico, ambiental y social.
¿En qué consiste su trabajo como asesora de la Unión Europea?
Como advisor de la Comisión Europea aporto una visión técnica sobre innovación y economía azul, conectando la experiencia de los proyectos con las prioridades europeas. Esto implica evaluar iniciativas y participar en grupos de expertos que orientan las políticas del sector. Una de las colaboraciones más relevantes ha sido el apoyo a la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina, especialmente en el ámbito del ruido submarino. Desde CTN hemos contribuido con proyectos como Quietmed, Quietseas o Noisea, que han generado soluciones prácticas para mitigar este impacto en los mares europeos.
¿Qué papel juega la cooperación internacional en el desarrollo tecnológico del sector marítimo?
Es esencial porque el mar no entiende de fronteras. España es una potencia marítima y deberíamos aprovechar esa fortaleza para desarrollar tecnología propia y reducir nuestra dependencia tecnológica. La innovación abierta es, en mi opinión, el camino: fomentar el emprendimiento marítimo y colaborar con las empresas en el testeo y validación de soluciones acelera el progreso. En CTN lo hemos comprobado en áreas como la gestión del ruido submarino, donde trabajar con todos los actores del ecosistema internacional ha multiplicado la capacidad de generar tecnología y dar respuesta al gran desafío de la contaminación por ruido bajo el agua.
¿Qué tendencias tecnológicas van a transformar el sector naval a corto o medio plazo?
Desde mi punto de vista, las dos grandes fuerzas de cambio serán la descarbonización y la digitalización. En este último ámbito, la inteligencia artificial -y en especial la IA generativa- tendrá un impacto decisivo, no solo en la forma de diseñar y operar los buques, sino también en la organización del trabajo y en los perfiles profesionales que demandará el sector. Estas tendencias van a transformar los modelos de negocio y exigirán una gran capacidad de adaptación por parte de las empresas y de los profesionales
¿Cómo imagina el futuro del Centro Tecnológico Naval en ese escenario de cambio?
Imagino al CTN consolidado como un catalizador aún más fuerte de la colaboración tecnológica en el sector marítimo. Nuestro 20º aniversario nos permitió reafirmar propósito y alianzas, y ahora el reto es avanzar con más ambición en cuatro vectores clave: (1) la excelencia de nuestras soluciones técnicas, (2) la construcción y sostenimiento de alianzas estratégicas, (3) el compromiso de nuestro equipo con el proyecto CTN y con el sector, y (4) el impacto medible de todo lo que hacemos. En ese futuro, el CTN seguirá siendo un socio de confianza y un motor de innovación abierta para el sector naval y marítimo.
¿Qué habilidades serán clave para los jóvenes que quieran dedicarse a la innovación en el ámbito marítimo?
En primer lugar, una base técnica sólida en áreas como la ingeniería, la biología o las ciencias ambientales. En segundo lugar, un buen dominio de las tecnologías digitales y de la inteligencia artificial, que van a ser decisivas en el futuro del sector. Pero igual de importantes son las habilidades sociales, como la escucha activa o la asertividad, porque la innovación siempre nace de la colaboración. Y, por último, el compromiso con el sector: que amen el mar y lo sientan como parte de su propósito profesional.
¿Algún consejo que le hubiera gustado recibir cuando empezaba?
Que desde el primer día construyas alianzas y fomentes el diálogo entre los profesionales de las empresas, la administración y el mundo académico, porque la innovación solo avanza cuando se hace en colaboración. En estos 25 años he aprendido que la clave está en mantener la pasión, pero también en dosificar la energía y respetar los ritmos de todas las personas que forman parte del ecosistema. El futuro del mar será sostenible, digital y humano si sabemos construirlo juntos, y en ese viaje los aliados son, y seguirán siendo, nuestra mayor fortaleza.
¿Qué le inspira a seguir trabajando?
Me inspira comprobar que nuestras soluciones realmente aportan valor y generan impacto en el sector marítimo. También me motiva ver cómo el equipo de profesionales se alinea y se entrega para desarrollar proyectos que importan, que transforman. Al final, todo cobra sentido cuando mantenemos la coherencia con una idea que nos guía desde el inicio: innovar con propósito.
Leer más contenidos en la revista Mar número 660 del mes de noviembre
¿Qué le llevó a involucrarse en el mundo de la innovación tecnológica dentro del sector marítimo?
Desde el principio tuve muy claro que el sector naval y marítimo se enfrentaba a retos enormes y que yo quería ser parte de la solución. Mi formación como ingeniera industrial y mi curiosidad por las tecnologías digitales me dieron las herramientas para aportar, pero lo que realmente me movió fue la convicción de que la innovación puede cambiar la manera en la que nos relacionamos con el mar. Siempre he visto la tecnología no como un fin en sí mismo, sino como un medio para hacerlo más sostenible y para que la vida de quienes trabajan en el sector sea más fácil y segura. Esa idea, que empezó como una intuición, se convirtió en una vocación que ha guiado toda mi trayectoria.
¿Cómo define la economía azul y qué oportunidades ofrece para España y Europa?
La economía azul es una gran palanca de crecimiento sostenible que combina tradición marítima, innovación tecnológica, empleo de calidad y respeto al medioambiente. La Comisión Europea la ha situado en el centro del Pacto Verde, impulsando una transición ecológica y digital que abre oportunidades en sectores como la pesca o el turismo costero. Es también una ocasión única para atraer talento joven y despertar nuevas vocaciones marítimas. Es la gran oportunidad para construir un futuro más competitivo y sostenible.
¿Cómo se impulsa la innovación desde dentro de una organización como el CTN?
La innovación se impulsa creando equipos diversos y, sobre todo, valorando la pluralidad de opiniones. Cada persona aporta una perspectiva única que suma y enriquece las soluciones. También es fundamental desterrar el miedo al fracaso: para mí, el fracaso no existe, lo que existe es un resultado distinto al esperado que nos abre nuevas posibilidades de aprendizaje. Me gusta resumirlo con esta idea: En el camino de la innovación, los tropiezos son parte del avance.
¿Hay algún proyecto que le haya marcado especialmente por su impacto o por los desafíos que implicó?
Dos, por motivos distintos. Primero, el proyecto DigiCirc, orientado a apoyar a emprendedores digitales en el ámbito de la economía azul. Me marcó porque me permitió conocer de cerca el esfuerzo, la creatividad y la perseverancia de quienes están empezando y luchan por llevar sus soluciones al mercado. Su energía y entusiasmo resultan contagiosos y me recordaron la importancia de acompañar y dar oportunidades al talento emergente, que es clave para el futuro del sector marítimo. Segundo, el proyecto Sica-Savefeed, nuestro sensor inteligente que detecta -en tiempo real- cuándo dejan de comer los peces en jaulas marinas y optimiza el suministro de pienso. Que CTN recibiese su primer Premio Nacional Jacumar, en 2022, por esa línea y ver la implicación de tantos profesionales del propio CTN y de las organizaciones colaboradoras para conseguir que el producto llegue al mercado es una de las satisfacciones profesionales que más valoro por su triple impacto: económico, ambiental y social.
¿En qué consiste su trabajo como asesora de la Unión Europea?
Como advisor de la Comisión Europea aporto una visión técnica sobre innovación y economía azul, conectando la experiencia de los proyectos con las prioridades europeas. Esto implica evaluar iniciativas y participar en grupos de expertos que orientan las políticas del sector. Una de las colaboraciones más relevantes ha sido el apoyo a la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina, especialmente en el ámbito del ruido submarino. Desde CTN hemos contribuido con proyectos como Quietmed, Quietseas o Noisea, que han generado soluciones prácticas para mitigar este impacto en los mares europeos.
¿Qué papel juega la cooperación internacional en el desarrollo tecnológico del sector marítimo?
Es esencial porque el mar no entiende de fronteras. España es una potencia marítima y deberíamos aprovechar esa fortaleza para desarrollar tecnología propia y reducir nuestra dependencia tecnológica. La innovación abierta es, en mi opinión, el camino: fomentar el emprendimiento marítimo y colaborar con las empresas en el testeo y validación de soluciones acelera el progreso. En CTN lo hemos comprobado en áreas como la gestión del ruido submarino, donde trabajar con todos los actores del ecosistema internacional ha multiplicado la capacidad de generar tecnología y dar respuesta al gran desafío de la contaminación por ruido bajo el agua.
¿Qué tendencias tecnológicas van a transformar el sector naval a corto o medio plazo?
Desde mi punto de vista, las dos grandes fuerzas de cambio serán la descarbonización y la digitalización. En este último ámbito, la inteligencia artificial -y en especial la IA generativa- tendrá un impacto decisivo, no solo en la forma de diseñar y operar los buques, sino también en la organización del trabajo y en los perfiles profesionales que demandará el sector. Estas tendencias van a transformar los modelos de negocio y exigirán una gran capacidad de adaptación por parte de las empresas y de los profesionales
¿Cómo imagina el futuro del Centro Tecnológico Naval en ese escenario de cambio?
Imagino al CTN consolidado como un catalizador aún más fuerte de la colaboración tecnológica en el sector marítimo. Nuestro 20º aniversario nos permitió reafirmar propósito y alianzas, y ahora el reto es avanzar con más ambición en cuatro vectores clave: (1) la excelencia de nuestras soluciones técnicas, (2) la construcción y sostenimiento de alianzas estratégicas, (3) el compromiso de nuestro equipo con el proyecto CTN y con el sector, y (4) el impacto medible de todo lo que hacemos. En ese futuro, el CTN seguirá siendo un socio de confianza y un motor de innovación abierta para el sector naval y marítimo.
¿Qué habilidades serán clave para los jóvenes que quieran dedicarse a la innovación en el ámbito marítimo?
En primer lugar, una base técnica sólida en áreas como la ingeniería, la biología o las ciencias ambientales. En segundo lugar, un buen dominio de las tecnologías digitales y de la inteligencia artificial, que van a ser decisivas en el futuro del sector. Pero igual de importantes son las habilidades sociales, como la escucha activa o la asertividad, porque la innovación siempre nace de la colaboración. Y, por último, el compromiso con el sector: que amen el mar y lo sientan como parte de su propósito profesional.
¿Algún consejo que le hubiera gustado recibir cuando empezaba?
Que desde el primer día construyas alianzas y fomentes el diálogo entre los profesionales de las empresas, la administración y el mundo académico, porque la innovación solo avanza cuando se hace en colaboración. En estos 25 años he aprendido que la clave está en mantener la pasión, pero también en dosificar la energía y respetar los ritmos de todas las personas que forman parte del ecosistema. El futuro del mar será sostenible, digital y humano si sabemos construirlo juntos, y en ese viaje los aliados son, y seguirán siendo, nuestra mayor fortaleza.
¿Qué le inspira a seguir trabajando?
Me inspira comprobar que nuestras soluciones realmente aportan valor y generan impacto en el sector marítimo. También me motiva ver cómo el equipo de profesionales se alinea y se entrega para desarrollar proyectos que importan, que transforman. Al final, todo cobra sentido cuando mantenemos la coherencia con una idea que nos guía desde el inicio: innovar con propósito.
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