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Lo que debemos saber sobre su manejo y tratamiento

Las quemaduras a bordo

31/03/2023

ISM

Sanidad marítima

Rosa Mª Gandía Bonnín, Médico de Sanidad Marítima
barco ardiendo con estación petrolera al fondo

La piel cumple importantes funciones: es la primera barrera del organismo frente a las infecciones del medio ambiente, evita la pérdida de líquido del cuerpo y es un factor que ayuda a mantener el equilibrio de la temperatura corporal. Es la estructura del cuerpo humano con mayor contacto y más expuesta al medio externo y por lo tanto la que más se afecta al producirse lesiones por quemaduras. 

Entre los factores que pueden desencadenar quemaduras en el medio laboral embarcado están el fuego, líquidos calientes o vapor, objetos calientes, luz solar, sustancias químicas, radiaciones, corriente eléctrica o las temperaturas muy bajas.

En general, las quemaduras se clasifican en grados (Grado I, II y III), en función de la profundidad de la lesión y de las capas de la piel que se afecten.

Las de Grado I son aquellas quemaduras que comprometen solo la capa más superficial de la piel (la epidermis), y se pueden identificar porque son extremadamente dolorosas, dejan la piel enrojecida e hinchada. Su resolución es rápida y satisfactoria en la mayoría de los casos y habitualmente no dejan cicatriz.

Las de Grado II son más profunda y comprometen a más capas de la piel (epidermis y dermis) aparecen habitualmente ampollas y se observan lesiones enrojecidas, con zonas blancas y/o manchadas. Precisan de valoración y tratamiento por los facultativos del CRM. 

Las de Grado III son aquellas que han lesionado las tres capas de la piel, es decir han llegado hasta el tejido subcutáneo, dejando una zona marrón u oscura, acartonada, no dolorosa por el daño que produce en los receptores de la piel, así mismo dejan cicatrices y fibrosis. Su resolución corresponde a los servicios de quemados de centros hospitalarios en tierra. El tripulante debe ser evacuado lo antes posible.

Otros factores a tener en cuenta en la valoración de la gravedad de las quemaduras son:
El porcentaje de extensión de piel quemada, mientras mayor, más grave es el estado del paciente.
En niños, ancianos y personas con patologías previas como la diabetes, cualquier quemadura puede representar un gran peligro. 

La zona del cuerpo donde se ha producido la lesión, siendo especialmente severas las quemaduras en la cara, los ojos, cuello, grandes articulaciones, los genitales, las plantas de los pies y las palmas de las manos. Las retracciones como consecuencia de lesiones en amplias zonas de la espalda o el tórax pueden afectar la movilidad del paciente, comprometer la dinámica respiratoria y posteriormente su calidad de vida.

Una mención especial debe de hacerse en relación con las lesiones que se producen en las vías respiratorias por inhalación de humo, o en las vías digestivas por las sustancias químicas, que pueden afectar la estabilidad del paciente quemado. 

Es importante tener en cuenta que las quemaduras por electricidad además de dejar lesiones en la piel del paciente pueden afectar seriamente a órganos internos.

Atención a quemados

Las actuaciones frente a quemaduras, (en especial las de grado II y III) deben ser valoradas y supervisadas por personal médico y de enfermería. La gravedad de estos cuadros puede condicionar conductas apresuradas que lejos de ayudar pueden agravar las lesiones.

Frente a un tripulante con una lesión por quemadura se debe comenzar aplicando abundante agua fresca sobre la zona, si la quemadura se ha producido por sustancias químicas en la piel o en los ojos se deberá exponer al lesionado por mucho más tiempo al agua. No se debe utilizar hielo directamente sobre la piel, ni ningún tipo de crema en este primer momento.

Se debe despojar de anillos, pulseras u otros objetos que se encuentren cerca de la zona de la piel dañada.

Sanitario colocando un apósito en la mano quemada.
Sanitario colocando un apósito en la mano quemada.

En caso de que la ropa del accidentado esté muy adherida a la zona quemada, no se debe retirar de forma brusca, ya que puede provocar aún más lesión en la piel lastimada. 

Si se procede a la curación de la lesión en la misma embarcación, deben tomarse las medidas higiénicas indicadas que eviten posteriores infecciones de la zona. 

No se deben romper las ampollas, ni eliminar colgajos de tejido.

En la curación usar preferentemente gasa con vaselina, pomada antibiótica y un vendaje que sea firme pero en ningún caso apretado (vendajes compresivos).

Los vendajes que se realicen por imperativo fuera de los servicios de quemados de los hospitales en tierra, deben hacerse teniendo en cuenta que zonas como dedos, codos, axilas, rodillas, se ocluyen y vendan de forma individual protegiendo las zonas de flexión en evitación de rigideces durante la etapa de cicatrización.  

Si no existen alergias conocidas se debe suministrar algún medicamento que le evite el dolor que puede sufrir el accidentado.

Las complicaciones producidas por la pérdida de funciones de la piel en los grandes quemados como es el caso de las infecciones severas o la deshidratación, pueden complicar la evolución favorable del paciente. 

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