La reforma de las pensiones, pactada por el Gobierno con los sindicatos aunque sin acuerdo de la patronal, contempla subidas de bases máximas y de cotizaciones, mejoras en las mínimas y establece un modelo dual para calcular la prestación de jubilación que dará opción a elegir entre los últimos 25 años cotizados o 29, descartando, en este caso, los dos peores para el trabajador.

La medida era necesaria por estar vinculada al cuarto desembolso de los fondos que Bruselas ha ofrecido dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Además, sirve para hacer frente a los desajustes financieros que podría causar la jubilación de la generación de los “baby-boomers” (personas nacidas entre 1946 y 1964), con el aumento del número de pensionistas de los 10 millones actuales a 15 en los próximos años.

Las medidas acordadas garantizan el poder adquisitivo de todas las pensiones, estableciendo subidas adicionales para los pensionistas más vulnerables y diseñando un modelo más justo para quienes hayan tenido carreras profesionales irregulares.

MÁS INGRESOS

Para blindar el poder adquisitivo de los actuales y futuros pensionistas, se refuerzan los ingresos de la Seguridad Social de varias maneras. Por un lado, incrementando progresivamente las bases máximas de cotización y las pensiones máximas. Por otro, creando una cuota de solidaridad para los salarios que queden por encima de la base máxima. Esta medida, se desplegará gradualmente, partiendo de un 1% en 2025 para alcanzar valores cercanos al 6% en 2045.

También se refuerza el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). A partir de 2024 crecerá una décima cada año hasta alcanzar 1,2 puntos porcentuales en 2029. El MEI sustituye al Factor de Sostenibilidad que introdujo la reforma de 2013 y que suponía un recorte de la pensión inicial, especialmente para los más jóvenes. 

Además, se refuerzan medidas para reducir la brecha de género en pensiones. De una parte, se subirá un 10% adicional al IPC en los ejercicios 2024 y 2025. De otra, se mejora la cobertura de lagunas en la cotización, especialmente a  mujeres y autónomos. 

Subirán las pensiones más bajas, tanto las mínimas como las no contributivas. En el caso de las pensiones mínimas, con cónyuge a cargo, los incrementos tenderán a converger  con el 60% de la renta media de un hogar con dos adultos en 2027, mientras que las pensiones no contributivas convergerán ese año con el 75% del umbral de pobreza establecido para un hogar unipersonal. También se incluyen en la Seguridad Social a los alumnos universitarios y de FP que realizan prácticas de formación dirigidas a la consecución de títulos académicos. 

La reforma garantiza las pensiones actuales y futuras.

SOSTENIBILIDAD

El refuerzo de la sostenibilidad aportará ingresos adicionales al Sistema para hacer frente al mayor reto demográfico de nuestro país, el incremento de jubilados en las décadas de 2030 y 2040. 

La reforma prevé además un mecanismo semiautomático que garantiza dicha sostenibilidad a partir de los Informes trianuales de envejecimiento que elabore la Comisión Europea, con la participación de agentes sociales y las Cortes, y que dota de nuevos ingresos si no hay consenso en las medidas que se adopten.