Remando hacia la modernización del sector público
28/10/2025

Marina mercante

Enrique Sanmartín Gómez (*)
Abrir montaje rol y despacho reforma
La aprobación del Reglamento de Ordenación de la Navegación Marítima (RONM) impulsa la digitalización de trámites, ordena la actividad de las entidades y establece un modelo de supervisión inteligente. Su objetivo: simplificar gestiones administrativas y garantizar un acceso ágil y transparente a la información. Este artículo analiza los principales cambios y beneficios que ya comienzan a notarse en puertos y embarcaciones.

El Rol de Despacho y Dotación  es la cartilla de identidad de la embarcación, indispensable tanto para el armador como para la Administración. En este año 2025 se ha dado un paso histórico al digitalizar por completo el rol, incorporándolo a los sistemas telemáticos de la Administración marítima. Con ello se obtienen múltiples ventajas que van mucho más allá de la mera sustitución del papel. 

La primera y más evidente es la seguridad del almacenamiento electrónico, que protege la información frente a pérdidas, deterioros físicos o errores materiales durante la vida útil del buque. A partir de ahora, el rol pasa a ser un registro vivo, protegido en servidores seguros.

DEL PAPEL AL BIT

La digitalización abre también la puerta a una consulta inmediata y ubicua. Tanto el capitán como el armador, e incluso la propia Administración marítima, pueden acceder al rol en cualquier lugar del mundo disponiendo únicamente de un dispositivo electrónico con conexión a internet. En apenas unos clics, es posible conocer la composición de la tripulación de un buque y también verificar las titulaciones de cada marinero o comprobar el tipo de actividad que está desempeñando la embarcación por parte de la administración. Esta agilidad convierte al rol en una herramienta de control en tiempo real, que refuerza la seguridad marítima y la confianza de todos los actores del sector.

CERTIFICADO DIGITAL

Para garantizar la seguridad jurídica de todo el proceso, la tramitación telemática del rol -y del despacho, como veremos más adelante-, requiere el uso de un certificado digital. Este requisito asegura la identidad del solicitante, protege la integridad de los datos transmitidos y otorga plena validez legal a las gestiones realizadas por vía electrónica. Sin embargo, conscientes de que no todos los interesados pueden realizar personalmente estos trámites, el reglamento introduce una solución práctica: la posibilidad de que los armadores o capitanes designen a personas autorizadas para actuar en su nombre. De este modo, las gestiones pueden ser llevadas a cabo tanto directamente por el titular de la obligación como por representantes acreditados, aportando una flexibilidad adicional que facilita el día a día de las empresas y profesionales del mar, sin renunciar a las garantías que exige el marco legal.
Con estas novedades, el rol deja de ser un libro expuesto al desgaste del tiempo para convertirse en un registro digital robusto, accesible y seguro, llamado a convertirse en una de las piezas clave del nuevo modelo de navegación ordenada que impulsa el RONM.

DESPACHO SIMPLIFICADO

La modernización de los procedimientos administrativos en el ámbito marítimo también afecta al despacho, como ya se indicó. La innovación fundamental en este ámbito ha sido la adopción de la declaración responsable como piedra angular del sistema. Este cambio de paradigma ha permitido eliminar los tiempos de espera administrativos previos, otorgando a los operadores marítimos la capacidad de ejercer su derecho a la navegación de forma casi inmediata, bajo su propia responsabilidad. En la práctica, el nuevo sistema ofrece dos vías principales de despacho. 

Por un lado, se encuentra el despacho por régimen general, que, si bien se basa en la declaración responsable, requiere la presentación de una documentación específica que la acompaña y justifica. 

Por otro lado, existe la modalidad más ágil del despacho simplificado, un régimen que no exige la presentación de documentación adicional en el momento de la solicitud, limitándose únicamente a la declaración responsable del interesado. Este nuevo enfoque se basa en un principio dual claro: la simplificación ‘ex ante’ y la verificación continua ‘ex post’. El resultado es un modelo de control más inteligente y eficiente, donde la administración marítima ya no necesita verificar y cotejar toda la documentación antes de cada salida. En su lugar, confía en la declaración del operador, pero se reserva la habilitación expresa para realizar comprobaciones, requerir documentación y decidir la intensidad del control en cualquier momento durante la actividad de los buques. En esencia, el despacho simplificado no elimina el control, sino que lo traslada a una fase posterior, basado en el riesgo y la supervisión continua. 

CONTROL PREVIO

Para comprender el impacto de esta reforma, es necesario contrastarla con el sistema que hemos sustituido. Antes, los funcionarios de la administración marítima debían realizar una comprobación previa y minuciosa para cada buque, asegurando el cumplimiento de una multitud de criterios técnicos, de seguridad y medioambientales, tanto de normativa nacional como internacional. Este proceso, que además integraba obligaciones derivadas de otras administraciones (como Pesca o Trabajo), generaba inevitablemente un efecto de cuello de botella. Las frecuentes idas y venidas de requerimientos de información a los interesados ralentizaban el proceso, impidiendo una emisión dinámica y ágil de las autorizaciones de salida, lo que perjudicaba la operatividad y competitividad del sector.

No obstante, el modelo de declaración responsable no es absoluto. El legislador ha sido prudente al prever situaciones extraordinarias en las que la simple declaración no es suficiente por razones de seguridad marítima, protección del medio ambiente o interés general. Para estos supuestos, se contempla la figura de la autorización expresa. Esta actúa como un “freno de seguridad” dentro del nuevo modelo digital, siendo exigible en casos como operaciones de especial riesgo, transporte de mercancías peligrosas o antecedentes de incumplimiento del operador. En estos escenarios, la administración marítima recupera el control previo, revisando exhaustivamente la solicitud antes de emitir la resolución administrativa que autorice la salida. También somos conocedores de que la transición a lo digital conlleva riesgos inherentes en algunos escenarios que también se han tenido en cuenta. La dependencia de sistemas informáticos hace al sistema vulnerable a caídas de conexión, fallos en servidores o incluso ciberataques. Para evitar que estas incidencias tecnológicas priven a los operadores de sus derechos, se ha introducido la figura del autodespacho. Este mecanismo de salvaguarda permite al interesado adquirir el derecho a la navegación de forma inmediata, pero con la obligación de presentar a posteriori, y tan pronto como sea posible, la declaración responsable junto con la justificación que acredite la imposibilidad de haber realizado el trámite electrónico en tiempo y forma. De este modo, se garantiza la continuidad operativa incluso ante imprevistos tecnológicos, consolidando un sistema a la vez ágil, seguro y resiliente. 

UN CAMBIO DE RUMBO HISTÓRICO 

El RONM unifica y moderniza la normativa, ofreciendo reglas homogéneas para todos los actores del sector. Uno de los avances más significativos es la transición del papel al formato digital. España abandona procedimientos centenarios basados en libros físicos y verificaciones manuales, adoptando un sistema digital, seguro y accesible que transforma la gestión de la navegación. Dos instrumentos clave protagonizan esta transformación: 
 
  • EL ROL DE DESPACHO: documento oficial que acompaña a cada embarcación, recoge datos del buque, del armador y de la tripulación, y acredita su historial de navegación. Hasta ahora, su formato físico dificultaba la consulta y conservación. 
  • EL DESPACHO DE BUQUES: es la autorización administrativa que concede la Capitanía Marítima para que un buque pueda iniciar su actividad. Su tramitación tradicional implicaba verificaciones exhaustivas que ralentizaban la operativa.
Con el RONM, ambos documentos se integran en un modelo digital que agiliza los trámites, mejora la trazabilidad y refuerza la seguridad jurídica. Esta digitalización no solo simplifica gestiones, sino que permite un acceso más ágil y transparente a la información, tanto para los profesionales del mar como para la Administración.

El RONM marca así un punto de inflexión en la gobernanza marítima española, apostando por la innovación normativa como herramienta para impulsar un sector más eficiente, sostenible y conectado con las exigencias del presente y del futuro.

CAMPAÑA DE DIVULGACIÓN 

La Dirección General de la Marina Mercante ha impulsado una estrategia integral de divulgación y acompañamiento para garantizar una transición fluida y minimizar la resistencia al cambio.

Esta estrategia se ha materializado en la convocatoria de diversas jornadas formativas, que incluyen conferencias en Vigo y en Valencia en streaming, que ya tienen, entre las dos, más de 9.000 visualizaciones; manuales explicativos y sesiones presenciales impartidas por los capitanes marítimos a nivel local.

Además de esto, existe un buzón de consulta en la dirección:  rolydespacho@transportes.gob.es que está resolviendo las dudas de interesados y gestores del procedimiento, asegurando que ningún operador se quede atrás por dificultades técnicas o de comprensión del nuevo sistema. El objetivo no es solo enseñar el “cómo” se realizan los trámites, sino también transmitir el “porqué” de la reforma, destacando los beneficios colectivos e individuales de la agilidad y la simplificación. 

Para las Capitanías Marítimas, este cambio de modelo implica una redefinición de sus funciones, transitando de un control administrativo previo y exhaustivo hacia una labor de supervisión más estratégica y basada en el análisis de riesgo, lo que también requiere un importante esfuerzo de asimilación interno. 

(*)   Enrique Sanmartín Gómez. Consejero técnico de seguridad y medio ambiente de la DGMM

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