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El deterioro del cartílago hace que los huesos rocen con el movimiento y aparecen síntomas como chasquidos, inflamación, dolor y rigidez, que mejoran con el reposo y empeoran con el movimiento. También son indicativas la hinchazón o la sensibilidad al tacto en una articulación. En casos severos la artrosis puede llegar a ser muy limitante y afectar la calidad de vida del paciente de forma significativa impidiendo la capacidad para deambular de forma independiente.
Se desconocen las causas que producen la artrosis, pero se sabe que el exceso de peso, el envejecimiento, la genética, los traumatismos y las lesiones previas favorecen su aparición.
El diagnóstico de artrosis es sencillo y se realiza en la consulta médica apoyado por alguna prueba de imagen; normalmente radiografías, aunque en ocasiones se precisa una resonancia magnética para descartar otras lesiones asociadas.
No se debe confundir la artrosis con la artritis, que es una enfermedad degenerativa autoinmune y que provoca una inflamación más severa que la artrosis y afecta además de las articulaciones a otros órganos internos.
El tratamiento está enfocado a tres objetivos, acorde a la gravedad de los síntomas.
El primer nivel incluye medidas higiénico-posturales, la aplicación de frio local, la toma de fármacos tales como analgésicos, anti-inflamatorios tópicos y orales, glucosamina o condroitín sulfato, que además de aliviar el dolor actúan en el cartílago articular y así evitan la progresión de la enfermedad, el uso de un bastón y el tratamiento con fisioterapia. También es recomendable realizar ejercicio de bajo impacto de forma regular.
En el segundo escalón está el tratamiento con infiltraciones o inyección de una sustancia dentro de una articulación utilizando un ecógrafo. Pueden efectuarse infiltraciones con corticoides diluido en anestésico, para controlar el dolor agudo intenso, con ácido hialurónico para mejorar la lubricación articular en casos de rigidez asociado con dolor leve - moderado o con sustancias regenerativas: células madre o PRP.
En último lugar, cuando hayan fracasado los tratamientos previos, se debe iniciar un tratamiento quirúrgico. En estos casos el tratamiento más efectivo consiste en un reemplazo de la articulación desgastada por una prótesis total de rodilla o de cadera.
RECOMENDACIONES
La artrosis no se cura, pero sí se pueden aliviar los síntomas e impedir que avance siguiendo el tratamiento adecuado y poniendo en práctica medidas higiénico-dietéticas, especialmente manteniendo un peso corporal correcto.
Uso del calor y frío. La aplicación de calor en las zonas afectadas (manta eléctrica, bolsas de agua caliente) alivia el dolor y relaja la musculatura. En ocasiones, el frío local usando bolsas de hielo o baños fríos puede mejorar un intenso brote inflamatorio.
Realizar ejercicios moderados practicados con regularidad, tales como montar en bicicleta, caminar o nadar, lo cual contribuirá a aumentar la fuerza de los músculos y proteger sus articulaciones. Existen también ejercicios específicos para cada articulación afectada; solicítelos a su médico o reumatólogo, y hágalos diariamente. Deben evitarse los deportes de contacto, de sobrecarga o de mucho impacto para las articulaciones.
Cuando tenga dolor guarde reposo durante 2 o 3 días para facilitar la desinflamación de la zona afectada. No es contradictorio con el punto anterior, la artrosis es una enfermedad que cursa con periodos intermitentes de dolor, y durante las fases con mayor dolor el reposo relativo es beneficioso. También es bueno intercalar pequeños periodos de reposo durante las actividades de la vida diaria.
Trate de evitar las posturas forzadas o perjudiciales (estar de rodillas, ponerse en cuclillas) e intente no permanecer en la misma posición durante mucho tiempo, En este sentido, el uso particular y repetitivo de las articulaciones en ciertos trabajos y profesiones (como por ejemplo los pescadores, mariscadores, etc) pueden favorecer la aparición de artrosis.
No sobrecargue sus articulaciones; evite coger pesos excesivos o caminar cargado o por terrenos irregulares. Es conveniente que use un carro para hacer la compra, utilice bastones si fuera necesario y que coja el ascensor en lugar de subir o bajar escaleras.
Incluir hábitos posturales que retardarán la aparición de la enfermedad, tales como dormir en cama dura, utilizar sillas de respaldo alto y recto para sentarse y evitar también los sillones bajos y hundidos.
Utilice un calzado adecuado, cómodo, de suela gruesa, plano o con tacón bajo e, incluso, si es preciso, use plantillas.
Adopte una actitud positiva. La artrosis, a pesar de todo, permite mantener una vida personal y familiar completa, con muy escasas limitaciones.