Más bienestar, menos accidentes 75 aniversario Colegios ISM Aprender a convivir con el dolor neuropático Esofagitis eosinofílica - Revista Mar
INFORME DE LA UNIVERSIDAD DE OVIEDO
Más bienestar, menos accidentes
05/04/2024
ISM
ISM al día
Ana Díaz
La disminución de los tiempos de estancia en los puertos, la convivencia de nacionales de distintos países en un mismo barco o la reducción de las tripulaciones son algunos de los retos a los que se enfrentan los trabajadores del mar. Saber gestionar estas situaciones puede influir no sólo en el bienestar de los marineros sino también ser determinante para la seguridad, la eficiencia o el éxito de cada embarque. También para reaccionar adecuadamente en casos de peligro.
Una revisión reciente de la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM) sobre siniestros ocurridos en los últimos años determinó que solo tres de los 20 factores que influyen en la siniestralidad (fallo técnico, clima y estados ambientales, y mal diseño) eran independientes del fallo humano. El resto podían atribuirse, directa o indirectamente, al error de la tripulación.
Según este informe, los factores externos causan menos del 16% de los accidentes, mientras que el factor humano está detrás del 84% de los casos. Hay que añadir que, incluso, cuando un accidente se debe a factores externos, el error humano está casi siempre detrás del mismo. “El impacto del fallo humano en la siniestralidad marítima se atribuye a cuatro de cada cinco accidentes. Además, en todos los casos, la salud mental de los tripulantes tiene relación muy directa con el siniestro por lo que “se deben introducir metodologías de consciencia situacional y autorregulación emocional en los buques”, dicen los expertos.
La Organización Mundial del Trabajo (OIT) permite embarques de hasta un año de duración, aunque las campañas se desarrollan mayoritariamente (46%) entre tres y seis meses y un 34% con un máximo de tres meses. Para las tripulaciones son largos periodos sin contacto con sus seres queridos. Si a ello sumamos los distintos orígenes de los trabajadores o la estructura jerárquica de las profesiones marinas observamos numerosas situaciones de aislamiento. Por otra parte, los ruidos y vibraciones o la tecnología provocan tecnoestrés que, si bien no suele detectarse con facilidad, sí pueden causar ansiedad, agotamiento cognitivo o sensación de ineficacia. La educación y la formación en habilidades de autogestión emocional son fundamentales para quienes trabajan en el mar.
INVESTIGACIÓN
El estudio “Variables psicológicas de los profesionales del sector marítimo en la Dirección Provincial del ISM en Gijón” forma parte de un proyecto más amplio sobre “Bienestar psicológico de los profesionales y estudiantes marítimos” realizado por el grupo SWELL de la Universidad de Oviedo.
Para su elaboración, se entrevistó a un total de 244 trabajadores del mar, adscritos a dicha dirección provincial, entre febrero y julio del pasado año. A los participantes en el estudio se les entregaba un formulario con preguntas sobre asuntos laborales y sobre su estado de ánimo, su actitud ante los problemas y sobre signos identificativos de bienestar psicológico en las dos semanas previas a la entrevista.
En el apartado sobre estado de ánimo había preguntas sobre si se sentían alegres, de buen humor, tranquilos, relajados, enérgicos o activos. Si se despertaban frescos y descansados o si consideraban que realizaban cosas interesantes en su vida. Los entrevistados debían contestar en un rango del 0 al 5, donde 0 significaba “nunca” y 5 “siempre”.
En el cuestionario sobre actitud ante las dificultades, se les preguntaba sobre cómo reaccionaban ante situaciones estresantes. Si se sentían nerviosos, angustiados o tensos. Si controlaban la situación, si se preocupaban con frecuencia, si eran capaces de relajarsese o si, por el contrario, se irritaban y tenían dificultad para concentrarse. También si sentían angustia o miedo por el futuro. Las respuestas debían valorarse en un rango del 0 al 3, en el que 0 era “nunca” y 3 “todos los días”.
En el tercer formulario, los investigadores analizaban síntomas de bienestar físico y psicológico preguntándoles si tenían interés por las cosas que hacían, si estaban decaídos o deprimidos, si tenían problemas para dormir, si se sentían poco enérgicos, cuánto comían, cómo se veían a sí mismos o si tenían pensamientos negativos. Las respuestas se valoraban igualmente en un rango del 0 al 3.
Por último, se analizaban aspectos relativos al entorno laboral y a la vida profesional: cuántos años llevaban navegando, el tipo de buque en el que trabajaban, la duración del último embarque, o las horas de trabajo y descanso a bordo.
El objetivo de la investigación era ofrecer una perspectiva del estado de bienestar de los trabajadores detectando factores que pueden incrementarlo, prestando atención a la salud mental y emocional de los tripulantes. Además, se pretende que sirva a los legisladores de cara a dictar normas que beneficien al sector, haciendo la profesión más atractiva a los jóvenes.
Por su parte, los profesores pueden enseñar a los estudiantes, que serán futuros marineros, herramientas para que aprendan a detectar estados y situaciones que podrían repercutir en su salud mental y, por consiguiente, en el desempeño de su trabajo y la seguridad.
CONCLUSIONES
Los investigadores de SWELL abordan la salud mental de la gente del mar identificando factores como las condiciones de trabajo y la falta de regulación adecuada y acentuando la necesidad de aplicar medidas específicas para mejorar el bienestar y la salud de las tripulaciones, ya que tienen impacto directo en la seguridad.
El análisis de los datos distingue variaciones entre los profesionales de la marina mercante, la pesca y la náutica recreativa. Así, la pesca muestra menor índice de bienestar, seguida de la marina mercante, mientras que en la náutica recreativa apenas hay problemas de falta de bienestar. Los trastornos de ansiedad son más numerosos en pesca (22,85%) que en marina mercante (18,08%) y en náutica recreativa (11,11%). En cuanto a la depresión, se da una prevalencia similar en la pesca y la marina mercante (4-5%) mientras que la náutica recreativa apenas registra casos relevantes.
Por otra parte, los oficiales muestran índices de bienestar más bajos que los subalternos en marina mercante. El trabajo por guardias produce un ligero descenso del bienestar y un aumento de ansiedad, pero no de depresión. Algo que también se observa al analizar los períodos de descanso. Vacaciones más cortas se relacionan con menor bienestar y mayor ansiedad, pero no con más depresión.
EQUIPO SWELL
Seafarers´well-being es un grupo de investigación integrado por profesores de los Departamentos de Ciencia y Tecnología Náutica y Psicología de la Universidad de Oviedo. Estudia el elemento humano a bordo, analizando el bienestar de las tripulaciones y su impacto en la seguridad marina.
Desde sus inicios ha participado activamente en congresos internacionales sobre la materia, publicando artículos en revistas de alto impacto como Frontiers in the Public Health y Ocean Engineering.
Otras actividades destacadas del equipo han sido la celebración de la Jornada de Psicología Marítima, organizada en mayo de 2023, o la II Jornada Seafarers´ Well-being sobre Salud física, mental y social a bordo que tuvo lugar el pasado 7 de marzo en Gijón.
Ver número 644 MAR
Una revisión reciente de la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM) sobre siniestros ocurridos en los últimos años determinó que solo tres de los 20 factores que influyen en la siniestralidad (fallo técnico, clima y estados ambientales, y mal diseño) eran independientes del fallo humano. El resto podían atribuirse, directa o indirectamente, al error de la tripulación.
Según este informe, los factores externos causan menos del 16% de los accidentes, mientras que el factor humano está detrás del 84% de los casos. Hay que añadir que, incluso, cuando un accidente se debe a factores externos, el error humano está casi siempre detrás del mismo. “El impacto del fallo humano en la siniestralidad marítima se atribuye a cuatro de cada cinco accidentes. Además, en todos los casos, la salud mental de los tripulantes tiene relación muy directa con el siniestro por lo que “se deben introducir metodologías de consciencia situacional y autorregulación emocional en los buques”, dicen los expertos.
La Organización Mundial del Trabajo (OIT) permite embarques de hasta un año de duración, aunque las campañas se desarrollan mayoritariamente (46%) entre tres y seis meses y un 34% con un máximo de tres meses. Para las tripulaciones son largos periodos sin contacto con sus seres queridos. Si a ello sumamos los distintos orígenes de los trabajadores o la estructura jerárquica de las profesiones marinas observamos numerosas situaciones de aislamiento. Por otra parte, los ruidos y vibraciones o la tecnología provocan tecnoestrés que, si bien no suele detectarse con facilidad, sí pueden causar ansiedad, agotamiento cognitivo o sensación de ineficacia. La educación y la formación en habilidades de autogestión emocional son fundamentales para quienes trabajan en el mar.
INVESTIGACIÓN
El estudio “Variables psicológicas de los profesionales del sector marítimo en la Dirección Provincial del ISM en Gijón” forma parte de un proyecto más amplio sobre “Bienestar psicológico de los profesionales y estudiantes marítimos” realizado por el grupo SWELL de la Universidad de Oviedo.
Para su elaboración, se entrevistó a un total de 244 trabajadores del mar, adscritos a dicha dirección provincial, entre febrero y julio del pasado año. A los participantes en el estudio se les entregaba un formulario con preguntas sobre asuntos laborales y sobre su estado de ánimo, su actitud ante los problemas y sobre signos identificativos de bienestar psicológico en las dos semanas previas a la entrevista.
En el apartado sobre estado de ánimo había preguntas sobre si se sentían alegres, de buen humor, tranquilos, relajados, enérgicos o activos. Si se despertaban frescos y descansados o si consideraban que realizaban cosas interesantes en su vida. Los entrevistados debían contestar en un rango del 0 al 5, donde 0 significaba “nunca” y 5 “siempre”.
En el cuestionario sobre actitud ante las dificultades, se les preguntaba sobre cómo reaccionaban ante situaciones estresantes. Si se sentían nerviosos, angustiados o tensos. Si controlaban la situación, si se preocupaban con frecuencia, si eran capaces de relajarsese o si, por el contrario, se irritaban y tenían dificultad para concentrarse. También si sentían angustia o miedo por el futuro. Las respuestas debían valorarse en un rango del 0 al 3, en el que 0 era “nunca” y 3 “todos los días”.
En el tercer formulario, los investigadores analizaban síntomas de bienestar físico y psicológico preguntándoles si tenían interés por las cosas que hacían, si estaban decaídos o deprimidos, si tenían problemas para dormir, si se sentían poco enérgicos, cuánto comían, cómo se veían a sí mismos o si tenían pensamientos negativos. Las respuestas se valoraban igualmente en un rango del 0 al 3.
Por último, se analizaban aspectos relativos al entorno laboral y a la vida profesional: cuántos años llevaban navegando, el tipo de buque en el que trabajaban, la duración del último embarque, o las horas de trabajo y descanso a bordo.
El objetivo de la investigación era ofrecer una perspectiva del estado de bienestar de los trabajadores detectando factores que pueden incrementarlo, prestando atención a la salud mental y emocional de los tripulantes. Además, se pretende que sirva a los legisladores de cara a dictar normas que beneficien al sector, haciendo la profesión más atractiva a los jóvenes.
Por su parte, los profesores pueden enseñar a los estudiantes, que serán futuros marineros, herramientas para que aprendan a detectar estados y situaciones que podrían repercutir en su salud mental y, por consiguiente, en el desempeño de su trabajo y la seguridad.
CONCLUSIONES
Los investigadores de SWELL abordan la salud mental de la gente del mar identificando factores como las condiciones de trabajo y la falta de regulación adecuada y acentuando la necesidad de aplicar medidas específicas para mejorar el bienestar y la salud de las tripulaciones, ya que tienen impacto directo en la seguridad.
El análisis de los datos distingue variaciones entre los profesionales de la marina mercante, la pesca y la náutica recreativa. Así, la pesca muestra menor índice de bienestar, seguida de la marina mercante, mientras que en la náutica recreativa apenas hay problemas de falta de bienestar. Los trastornos de ansiedad son más numerosos en pesca (22,85%) que en marina mercante (18,08%) y en náutica recreativa (11,11%). En cuanto a la depresión, se da una prevalencia similar en la pesca y la marina mercante (4-5%) mientras que la náutica recreativa apenas registra casos relevantes.
Por otra parte, los oficiales muestran índices de bienestar más bajos que los subalternos en marina mercante. El trabajo por guardias produce un ligero descenso del bienestar y un aumento de ansiedad, pero no de depresión. Algo que también se observa al analizar los períodos de descanso. Vacaciones más cortas se relacionan con menor bienestar y mayor ansiedad, pero no con más depresión.
EQUIPO SWELL
Seafarers´well-being es un grupo de investigación integrado por profesores de los Departamentos de Ciencia y Tecnología Náutica y Psicología de la Universidad de Oviedo. Estudia el elemento humano a bordo, analizando el bienestar de las tripulaciones y su impacto en la seguridad marina.
Desde sus inicios ha participado activamente en congresos internacionales sobre la materia, publicando artículos en revistas de alto impacto como Frontiers in the Public Health y Ocean Engineering.
Otras actividades destacadas del equipo han sido la celebración de la Jornada de Psicología Marítima, organizada en mayo de 2023, o la II Jornada Seafarers´ Well-being sobre Salud física, mental y social a bordo que tuvo lugar el pasado 7 de marzo en Gijón.
Ver número 644 MAR