Megatsunamis

02/11/2023

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Patricia Romero Alonso

Megatsunamis Análisis del origen de estos excepcionales fenómenos de la naturaleza

Un megatsunami es un tsunami con olas de alturas inusuales, de al menos 40 metros, cuyo origen es un gran y repentino desplazamiento de material que penetra en el mar o lago. 

Mercedes Ferrer, investigadora del CSIC en el Instituto Geológico y Minero de España recopila en el libro Megatsunamis 31 de estos fenómenos documentados científicamente desde la prehistoria a la actualidad.

La doctora Ferrer, especialista en riesgos geológicos, analiza y describe las causas que provocaron estas olas destructoras. Nos cuenta la forma de identificarlos y relata aquellos que han sido más relevantes, con especial atención a los registrados en las Islas Canarias.

El tsunami registrado en Alaska en 1958 provocó olas de hasta 524 metros que arrasaron 10 kilómetros cuadrados de bosques, aunque según indica la autora en el libro su magnitud devastadora  no es proporcional a la altura que las olas alcanzan.

El origen de estos fenómenos es variado: terremotos de gran magnitud, desprendimientos rocosos, erupciones volcánicas o la caída de un asteroide al mar.

El deslizamiento de grandes masas es la causa más común, como ocurrió en 2007 en Chiapas (México) donde tras un periodo de intensas lluvias se produjo el desprendimiento de 55 millones de metros cúbicos de rocas y tierra de una ladera de un río que originó una ola de 50 metros de altura que arrasó un pueblo entero.

El registrado en Indonesia en 2004 tiene el dudoso récord de haber sido el más mortífero de la historia. Un terremoto submarino de magnitud 9,1 causó en la costa de Sumatra más de 230.000 muertos. El registrado en las costas de Japón acabó con 20.000 personas en 2011 con olas de más de 40 metros.

En las Islas Canarias, los megatsunamis registrados han sido originados por los grandes deslizamientos causados por erupciones en volcanes submarinos. Las olas sacaron a la superficie material y fauna del fondo marino que se han conservado en un estado excelente y han sido objeto de estudio por parte de la autora.

Los depósitos, localizados en Tenerife, Lanzarote y Gran Canaria, indican que las olas pudieron alcanzar alturas de entre 125 y 290 metros.
 

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