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Historia

Lo que hoy conocemos como patrimonio cultural inmaterial reúne las prácticas y las expresiones heredadas de nuestros antepasados y transmitidas a nuestros descendientes. Pese a su fragilidad, este acervo de conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación es considerado por la UNESCO como un importante factor en el mantenimiento de la diversidad cultural y el fomento del respeto hacia otros modos de vida.
El proyecto “Voces del Mar”, impulsado por la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP), nace con la intención de salvaguardar esta memoria viva de las comunidades pesqueras, documentando sus prácticas artesanales y de pesca sostenible, así como su forma de entender la relación con el mar. Un conocimiento que ha configurado identidades y paisajes culturales marítimos durante generaciones, y que el proyecto aborda combinando la metodología de investigación etnográfica, la documentación audiovisual y una innovadora apuesta por las bibliotecas humanas.
Trabajo de campo
¿Qué perdemos -como sociedad- si dejamos de escuchar a quienes realmente conocen el mar? ¿Puede el mar contarnos historias que no aparecen en los libros?Bajo esta premisa, un equipo multidisciplinar de la consultora cultural CACTUS se desplazó a tres territorios con fuerte tradición marinera: San Pedro del Pinatar, en la costa levantina; Camariñas, en el noroeste atlántico; y Barbate, en el litoral sur atlántico.
En estos territorios se efectuaron un total de diez entrevistas con pescadores, mariscadoras, rederos, personas jubiladas del mar, patronas de barco, constructores de embarcaciones, responsables de museos marítimos, agentes clave de las cofradías, entre otros actores locales.
Las conversaciones combinaron formatos abiertos y semiestructurados, permitiendo recoger relatos de vida, trayectorias laborales, problemáticas de la actividad pesquera, así como formas específicas de transmisión intergeneracional del conocimiento vinculado al mar. El trabajo de campo también incluyó acompañamiento en faenas, registrando prácticas cotidianas en muelles, lonjas, rampas de varada y arenales; un enfoque que hizo posible observar interacciones espontáneas, documentar técnicas de pesca y captar elementos culturales que no surgen en las entrevistas formales.
De forma complementaria, se incorporó al proyecto la metodología Bibliotecas humanas, una herramienta que selecciona y capacita a los protagonistas de las comunidades locales para que compartan sus relatos en encuentros públicos como “libros vivos”.
Estrella Escriña, narradora oral experta en Bibliotecas humanas, ha dirigido el proceso de formación en técnicas de relato, manejo de la voz y construcción de historias para convertir los testimonios de los participantes en diálogos directos con el público.
Asimismo, se ha realizado una investigación documental para organizar y sistematizar el conocimiento obtenido, elaborando fichas técnicas de saber tradicional que formarán parte del Atlas Nacional de Conocimientos Pesqueros, una herramienta creada para reunir en el futuro las tradiciones, oficios y expresiones culturales de las distintas poblaciones costeras.
Patrimonio de todos

Para Fabián Ben, responsable de la ejecución del proyecto “se necesita tender puentes entre la sociedad y quienes han forjado nuestra cultura marítima y pesquera. La gente del mar ha alimentado a nuestro país y ha sostenido nuestras costas con sacrificio, constancia y un conocimiento que merece reconocimiento y protección”.
El relevo generacional es uno de los grandes retos del sector pesquero, por ello, “Voces del Mar” “busca documentar, transmitir y salvaguardar los saberes y prácticas, para que sigan vivos, valorados y accesibles para las próximas generaciones” - señala Fabián Ben.
Actualmente, esta iniciativa de la FNCP, avanza hacia la producción de un documental que busca dar voz a quienes han dedicado su vida al mar, para que la diversidad de sus experiencias, conocimientos y emociones tengan un espacio de expresión pública. En especial, pondrá en valor el papel de las mujeres en las comunidades pesqueras y su contribución, a menudo invisibilizada, a la sostenibilidad económica, social y cultural.
“Voces del Mar” ha sido seleccionado dentro de la convocatoria nacional de ayudas para proyectos de salvaguarda de Patrimonio Cultural Inmaterial que gestiona la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura.
Bibliotecas humanas: historias del mar

Las Bibliotecas humanas son una innovadora herramienta social que transforma la experiencia personal en conocimiento compartido. En lugar de libros, los protagonistas son personas que comparten sus historias de vida lo que contribuye a derribar percepciones sociales erróneas, prejuicios y estereotipos. Este concepto, nacido en Dinamarca en el año 2000, se ha extendido por todo el mundo como una forma de diálogo inclusivo y aprendizaje colectivo.
“Voces del Mar” ha incorporado esta metodología en la que cada “libro humano”- pescadores, rederas, jubilados y otros actores del sector- desarrolla su relato en conversaciones de entre 20 y 30 minutos, generando un aprendizaje emocional y cultural que trasciende lo que puede ofrecer un texto escrito. Se comparten saberes, pero también, anécdotas de la vida cotidiana, con especial atención a las historias de las mujeres del mar.
Recogemos algunos de estos testimonios:
Maria Dolores Iglesias Benítez: La visión de Dori.
Criada entre redes y salazones, Dori rescata la memoria de su abuela Juana Lucas que trabajó en una conservera barbateña mientras criaba a hijos y nietos en las casetas del río, donde se remendaban redes y se rezaba por el regreso seguro de los marineros. Hoy Dori impulsa proyectos vinculados a la pesca y la defensa medioambiental de la zona. Ha recibido un premio internacional.
Amalia González Ameijenda (Lita): La patrona que conquistó el mar.
De pequeña a Lita le decían: “las niñas no van al mar”. A los 15 años la necesidad la llevó a embarcarse con su padre. Un día el mar se puso fuerte y él se ató una cuerda: “Si no encuentran mi cuerpo tu madre no cobra la pensión”. Así aprendió Lita la dureza del oficio. Hoy es patrona, mariscadora y líder en Camariñas, donde lucha por la igualdad y la defensa del sector.
Rafael Narváez: Un marinero incansable.
Con 14 años se embarcó y conoció todos los oficios del mar en Barbate. Fue incluso “llamaó”: avisaba a los tripulantes la hora de bajar a puerto. La vida a bordo era dura: “Dormíamos tan pegados que los pies de mi compañero eran mi almohada. Lo peor no era el olor, sino que en casa no podía dormir porque me faltaba la almohada”. Hoy está jubilado “pero igual volvería porque el mar te jala”.
Juan Baules: La cofradía es el corazón marinero de Barbate.
De niño se escapaba de la escuela para embarcarse con su padre y hermanos. Tras una vida en la pesca tradicional en Barbate, es patrón de la cofradía. Recuerda cuando estas organizaciones eran redes de apoyo: negociaban con autoridades, ayudaban con dinero y traslados. Hoy trabaja para que la cofradía recupere su importancia y sea referencia para la gente del mar.
Digna Romar Mouzo: La mujer que hizo del mar su vida
Digna creció entre redes y olor a salitre en Camelle (A Coruña). Desde los 14 años trabajó en el puerto. Vio cómo las mujeres de marineros hacían todo menos salir al mar. Tras el Prestige decidió embarcarse con su marido. Pescó pulpo, calamar y percebe. Hoy, jubilada, confiesa: “Aunque hubiera vendaval, yo era feliz en el mar. Ahora lo echo de menos, porque el mar es mi vida”.
➡ Leer más en el número 661 del mes de diciembre de la revista Mar


