Por un turismo más sostenible
Marina mercante
El Gobierno Autonómico de las Islas Baleares alcanzó en diciembre en Hamburgo (Alemania) un acuerdo de colaboración para regular de manera efectiva la llegada de cruceros a las Islas Baleares con las principales navieras del mundo (CLIA, Costa Cruceros, MSC Cruceros, TUI Cruises, Royal Caribbean y Marella Cruises). Iago Negueruela, conseller de Turismo y portavoz del Gobierno Autonómico, asegura que “las Islas se convierten así en el primer destino nacional en lograr un compromiso de este tipo que será efectivo este año, cuando el puerto de Palma reciba un 14,5% menos de escalas que en 2019”. Efectivamente, el acuerdo estipula que llegarán a Palma este año 460 embarcaciones de más de 500 pasajeros. En 2019 lo hicieron 538. En un mismo día podrán coincidir tres cruceros y solo uno de ellos tendrá una capacidad máxima de 5.000 pasajeros, lo que se conoce como megacrucero. Negueruela ha destacado que el acuerdo no se limita únicamente a las llegadas, sino que abarca también aspectos medioambientales: “Las navieras están dispuestas a continuar con sus políticas en materia medioambiental, lo que redundará en una mayor sostenibilidad y respeto por el medio ambiente”.
Alfredo Serrano, director de CLIA en España, considera que “a pesar de representar apenas el 8% del total del número de visitantes que recibe la isla y de que los episodios de congestión en el centro histórico se producen independientemente de si hay o no barcos de crucero, hemos querido ser sensibles a la preocupación de una parte de la ciudadanía y trabajar con el destino y las autoridades”. A nivel mundial, según los datos que manejan, han cerrado 2021 con el 75% de la flota operando de nuevo y esperan operar al 100% este año. “En este sentido, y si bien parece que lo peor ha pasado ya, nuestro principal temor es la propia pandemia y su comportamiento”, comenta Serrano. Y recuerda que “las Islas Baleares son un enclave muy importante y atractivo para nuestra industria”. El último estudio sobre beneficios económicos que reporta a Palma el turismo de cruceros, de 2017, realizado por la Universitat de les Illes Balears a petición de la Autoridad Portuaria de Baleares, cifra los beneficios en 256 millones de euros anuales. Del sector dependen casi 6.000 puestos de trabajo directos. Aunque este creciente negocio ha ido en paralelo al progresivo rechazo de parte de la ciudadanía.
Autor: C. Parrondo.
MEDIDA INSUFICIENTE
Como es el caso de los integrantes de la Plataforma contra los megacruceros. Esta organización opina que “tres cruceros al día, siendo uno de ellos un megacrucero, es todavía una cifra muy elevada. La ciudad tiene que soportar, a nivel ambiental y de salud pública, una cifra aún muy elevada de emisiones contaminantes procedentes de estos buques y del impacto de unas seis o siete mil personas diarias”. Para esta plataforma, “puede que la realidad no cambie mucho”. Aunque consideran que el acuerdo es histórico, piensan que “el Govern de las Illes Balears ha perdido la oportunidad de tomar una decisión valiente en la salvaguarda de los habitantes de las Baleares, de su medioambiente, su salud y su derecho a la ciudad”.
Este serio impacto de los cruceros en el medio ambiente y la salud humana está avalado por diferentes estudios científicos. Uno de ellos es el que han llevado a cabo investigadores de la Universidad de Girona, la Universidad de Exeter en el Reino Unido y el Instituto de Turismo de Croacia publicada en la revista científica “Marine Pollution Bulletin”. Los investigadores de este estudio alertan sobre el “impacto creciente y continuado” del turismo de cruceros sobre el medio ambiente, la salud y el bienestar de las personas. Consideran que la industria de los cruceros debería estar sometida a una legislación más efectiva y a una mayor vigilancia internacional.
La investigación, liderada por el biólogo marino del grupo de investigación SeaHealth del Instituto de Ecología Acuática de la Universidad de Gerona, Josep Lloret, es uno de los estudios más completos realizados hasta la fecha sobre la industria de los cruceros. “La industria de los cruceros -asegura Josep Lloret-, es un claro ejemplo de cómo una actividad humana en el mar puede afectar a la salud global del planeta, por sus grandes impactos ambientales y sobre la salud de las personas”.
Para hacernos una idea, un gran crucero, según el estudio, puede tener una huella de carbono superior a la que generan 12.000 coches. Los pasajeros de un crucero por la Antártida pueden producir tanto CO2 durante un viaje promedio de siete días como un ciudadano europeo promedio en un año entero. Dentro del Mediterráneo, las emisiones de CO2 de un crucero representan el 10% de todas las emisiones que generan todos los barcos.
El documento también incluye investigaciones sobre residuos sólidos. La cantidad total de basura producida por un crucero con 2.700 pasajeros a bordo puede superar la tonelada diaria. Si bien los cruceros representan solo un pequeño porcentaje de la industria naviera mundial, se estima que alrededor de 24% de todos los desechos producidos por el transporte marítimo proviene de este sector.
Este conflicto de intereses entre los beneficios económicos de la actividad y el rechazo de una parte de la ciudadanía de Palma es lo que el acuerdo del Gobierno Autonómico pretende solventar.
Autor: C. Parrondo.
ACUERDO DE CUMPLIMIENTO
Navieras internacionales, la patronal CLIA, consignatarios, Govern y la Autoritat Portuària de Balears (APB) se volvieron a reunir el pasado 10 de enero para resolver entre otras cuestiones, el cumplimiento de este acuerdo que se hizo sin el beneplácito del organismo estatal que regula el sistema portuario español. Álex Fraile, portavoz de la plataforma "Sí als Creuers" recuerda que las medidas que propone el Govern sobre la gestión de la llegadas de cruceros a Palma, "carecen de cualquier base legal por tener las competencias el Gobierno central". Desde Puertos del Estado puntualizan que “las competencias para que un barco llegue a puerto corresponden al Capitán Marítimo (Dirección General de Marina Mercante), y la Autoridad Portuaria, en función de la disponibilidad de espacios y características del buque, le ubicará donde corresponda”. Según el consejero de Turismo Iago Negueruela, “el acuerdo se va a respetar y cumplir en los términos en los que se fijó el pasado mes de diciembre”. Y será efectivo por una duración de cinco años.
Además en esta reunión trataron otras cuestiones. Navieras y consignatarios coinciden en señalar en que las escalas previstas para este año en Palma ya están comercializadas, porque ya están introducidas en sus sistemas de reservas. Por su parte solicitan que con los debidos controles se puedan realizar el mayor número de escalas previstas. El Govern tendrá ahora que dilucidar si acepta o no la nueva propuesta de las navieras. Y éstas, por su parte, deben entregar a la mayor brevedad el estudio de impacto ambiental al que se comprometieron. El acuerdo alcanzado obliga a las empresas a disponer de un protocolo de medidas medioambientales para operar en el puerto de Palma. El objetivo de todas las partes es apostar por la sostenibilidad y preservar la calidad turística de un destino como el puerto de Palma para hacerlo más competitivo respecto al resto de puertos mediterráneos.
Autor: Ángel Ballesteros Arribas