Según se establece en la Directiva 2014/89 del Parlamento Europeo y el Consejo, los países ribereños deben establecer de qué manera se podrán instalar en sus costas los parques de generación eólica “offshore”. Y hacerlo antes del 31 de marzo de 2021. Un plazo que el Gobierno no ha cumplido. El comisario de Pesca Virginijus Sinkevicius, en una respuesta por escrito a preguntas del eurodiputado popular gallego Francisco Millán Mon, apunta a la posibilidad de incoar procedimientos por incumplimiento. Sin embargo, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, MITECO, ya ha informado a la Comisión Europea del estado actual de la tramitación, así como de las expectativas de cumplimiento y aprobación de los Planes, “por lo que no se espera que pueda haber sanciones por este motivo”. 

Aerogenerador aislado en el mar de Telde, Gran Canaria.

CAMBIOS LEGALES

El Gobierno prometió potenciar la eólica marina con el objetivo de alcanzar una capacidad de hasta 3 GW de potencia y generar el 40% del objetivo comunitario para esta energía. Lo estableció en la Hoja de Ruta que aprobó en diciembre de 2021. En cambio, la guía no se ha visto acompañada de la aprobación de la normativa necesaria. “Es la primera vez que se realiza un ejercicio completo de ordenación del espacio marítimo en nuestro país”, explican desde el Ministerio. “Ha sido necesario realizar en estos años un esfuerzo ingente de coordinación con todos los departamentos ministeriales, CCAA litorales y con los sectores afectados”.  Los POEM, Planes de Ordenación del Espacio Marítimo, están actualmente en proceso de finalización de la evaluación ambiental estratégica. Una vez incorporados los cambios, se recabará el dictamen del Consejo de Estado para su aprobación final por el Consejo de Ministros. 

Las características geógraficas de España no permiten el desarrollo de la eólica marina de cimentación fija. La estrecha plataforma continental hace que a pocos metros de la costa se den grandes profundidades. En cambio, la variante flotante constituye una gran oportunidad para España, asegura Tomás Romagosa, director técnico de la Asociación Empresarial Eólica (AEE). Y éstas, en su opinión, son las zonas idóneas para implantar este sistema: Galicia; la parte asturiana de la Cornisa Cantábrica; Girona; el litoral más próximo al Estrecho de Gibraltar en Andalucía y las islas, en especial Gran Canaria y Tenerife.  

El segundo semestre de 2022 será clave para que se pueda producir la primera subasta de energía eólica marina en el primer trimestre de 2023. Tomás Romagosa identifica tres tareas pendientes que se deben abordar antes de poder celebrar esta primera subasta: identificar las zonas donde es viable desarrollar esta energía en el espacio marino, armonizar la capacidad de acceso y conexión de dichas zonas y aprobar la normativa de tramitación de los parques eólicos marinos. “El próximo medio año podría condicionar de manera irrevocable que España avance y sea competitiva en el mercado de la energía verde, al igual que lo ha hecho en la eólica terrestre o en el plano fotovoltaico”, asegura. “Es frustrante ver que se está desaprovechando una gran oportunidad de ser líderes en un sector en el que ya lo somos en tierra y se podría replicar perfectamente en la eólica flotante, que va a ser una de las energías que más va a despegar en la próxima década”, concluye.