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PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES

Conciliación en el mar

01/07/2024

Pesca

Clara González Salvador
Madre e hijo esperando en el puerto
Después de meses embarcados, los profesionales del mar se enfrentan a las consecuencias de no poder conciliar la jornada laboral con su vida personal. Sin embargo, actualmente existe la posibilidad de mantener el contacto en el entorno gracias al acceso a conexión a internet en los barcos.

La conciliación en el sector de la pesca es una de las tareas pendientes. La entrada en vigor del Convenio 188 (C188) ha supuesto un paso legislativo para abordar la cultura organizativa del sector pesquero. Juan Manuel Trujillo, representante de la Federación Europea de Trabajadores del Transporte (ETF, por sus siglas en inglés), considera que todavía hay mucho trabajo por hacer en este ámbito y reivindica la necesidad de cumplir con el C188: “Necesitamos un acuerdo marco un acuerdo laboral, un convenio en el cual se fije cuáles son los controles y las horas de descanso”.

NÚCLEO FAMILIAR
La falta de conciliación en el ámbito laboral dificulta, en ocasiones, mantener una comunicación y relación positiva en el núcleo familiar. Es el caso de J.M.S, hombre de 58 años de edad y capitán de barco, que ha realizado campañas de cuatro meses de duración. Cuenta que en el pasado le costó mantener una relación fluida con sus dos hijos: “Fue muy difícil verlos crecer a saltos”, expone. La situación cambió cuando pudo realizar videollamadas, ya que le permitió mantenerse menos desconectado de su familia y la vuelta a su pueblo “no era tan dura”.

También lo ha vivido A.S, hombre de 32 años perteneciente a un pueblo de Valladolid, que embarca seis meses al año. Él considera que su trabajo es una “decisión propia meditada que le aporta mucho” y también ha podido mantener el contacto con su familia gracias a internet, “aunque a veces no haya suficiente intimidad o la cobertura fallase”. 

E.B, mujer de 50 años, actualmente trabaja llevando veleros en el litoral de Barcelona y es patrón de altura. Ella considera que la profesión es incompatible con una vida familiar: “No tengo hijos ni podría tenerlos”. Aunque sí mantiene una buena comunicación con su pareja, a pesar de que ambos tienen jornadas laborales muy intensas.

La misma situación vive S.L, mujer de 50 años y capitana de barco en un remolcador. También considera que la maternidad no es compatible con en esta profesión: “Yo no tengo hijos y soy muy consciente de que si los hubiese tenido probablemente no estaría trabajando donde estoy trabajando”. 

DIFÍCIL CONCILIACIÓN
Las experiencias de S.L y E.B muestran la dificultad de las mujeres en estas profesiones. En el estudio ‘Diagnóstico del liderazgo y la representación femenina en los órganos de gobierno y decisión del sector pesquero’ de 2024 realizado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) muestra que la conciliación en el sector pesquero está muy sesgada en función del sexo.

En las últimas Estadísticas Pesqueras del MAPA de 2022 las mujeres tuvieron sobrerrepresentación en jornadas parciales en la acuicultura, con un mayor número de hombres en jornada completa. Si se observan los datos del estudio, en 2023 en el ámbito ‘Ocupados a tiempo parcial por motivo de la jornada parcial’ el 94% de las mujeres realizan la jornada partida por ‘Cuidado de niños o de adultos enfermos, incapacitados o mayores’.

No solo es difícil conciliar para las trabajadoras en el mar de altura, también para las mujeres que se quedan al cargo del núcleo familiar mientras la pareja está embarcada. Rosa García, psicóloga sanitaria en A Coruña, ha atendido a familias para abordar las consecuencias emocionales de tener a una de las figuras paternas embarcada durante meses. Si la mujer queda al cargo del hogar “es quién aguanta carros y carretas” porque están pendientes del bienestar de los hijos, al mismo tiempo que viven la situación de tener a su pareja a kilómetros de distancia. 

Terapia Familiar Sistémica

RELACIONES EN PAREJA
S.L cuenta que conoce casos de compañeros que, a diferencia de ella, sienten que “sobran o molestan” a la pareja o que están de mal humor en el momento en el que tienen que volver a casa. “Para mí eso es alucinante, porque cuando me queda una semana de estar embarcada voy casi cantando por el barco”. 

En su caso, cuando empezó en la profesión llevaba años conviviendo con su marido: “Me ha hecho tener esa sensación del principio de la relación. Lo mismo vive A.S: “Tengo la suerte de tener una gente increíble a mi alrededor que me entiende y se interesa por mi trabajo”. Además, él no vive con su pareja y la distancia no es un problema: “La conciliación juntos parece viable y deseable a pesar de mi tiempo embarcado”.

DESCONEXIÓN Y APATÍA
J.M.S ríe cuando recuerda que en el pasado no sabía quiénes eran los cantantes Bisbal o Bustamante cuando estaba emitiéndose la primera edición de Operación Triunfo. También siente que al volver a su pueblo tiene que reconectar: “Es un reinicio, algo parecido a empezar de cero”. 
 
Rosa García, psicóloga sanitaria
En el caso de E.B narra que desde que está más cerca de su familia siente que empieza a tener más vida estando “cerca de los míos”, pero lamenta “haberse pedido muchas cosas”.

S.L cuenta que pasar tiempo sola no le ha afectado en su salud, ya que no siente  “la necesidad de estar con multitudes ni grandes grupos”.  Sí que ha sentido más aislamiento cuando ha estado embarcada sin conexión a internet. Además, necesita dos o tres días para poder relacionarse con su entorno cuando desembarca.  A.S destaca la importancia de tener apoyo entre los compañeros porque sino “cualquier momento de debilidad se hace más intenso”.

MEJORES CONDICIONES
García explica que la falta de conciliación puede ofrecer una imagen negativa en la profesión: “Es necesario mejorar las condiciones laborales y apostar por políticas de salud  o nos veremos en un grave problema en el sector pesquero” ante el relevo generacional. Juan Manuel Trujillo de ETF considera prioritario modernizar los buques y darles mayor efectividad, ya que hay una falta de intimidad para el trabajador. 

La conciliación laboral en el mar de altura requiere de una mayor atención para seguir mejorando la situación dentro de los buques. Aunque las nuevas tecnologías hayan ofrecido facilidades a los trabajadores del mar, sigue siendo una tarea pendiente aumentar el apoyo psicológico, la mejora de la habitabilidad y aumentar el número de horas de descanso.

OPINIÓN. Rosa García, psicóloga sanitaria. 

MI FAMILIA ME PROTEGE DE LA REALIDAD

Los marinos han tenido una actitud positiva una vez que han sabido que su familia necesitaba venir a mis sesiones. Cuando les he explicado en qué consistía la terapia y que necesitaba que ellos vinieran a la consulta, siempre han tenido una muy buena predisposición. Incluso se mostraban agradecidos por ayudar a su familia porque ellos no habían notado esa necesidad. En ocasiones, se pueden sentir culpables cuando llegan y la pareja les comenta la situación en la que se encuentra el hogar. 
Cuando se les plantea la posibilidad de acudir a una terapia en familia, existe un importante grado de culpabilidad y muchos se desmoronan. Es como si pensaran: “Trabajo en unas condiciones tan extremas, que me protejo para seguir adelante”, porque no es fácil y no se dan cuenta de que existe la parte emocional. 

En general todos descuidamos esa parte y ellos, por tener este tipo de trabajo, un poco más para protegerse y aguantar. Una vez que han desembarcado su familia no  le comunica todo lo que ha sucedido, excepto si hay alguna situación concreta, pero no son conscientes del todo de cómo se siente su entorno.

Hay familias que dicen que no sabían que un psicólogo pudiera ayudarles en estas situaciones y de haberlo sabido hubieran acudido antes. En general, la sociedad no tiene muy claro cuáles son las funciones de un psicólogo más allá de lo que es la salud mental y abarcamos más cosas. 



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